Ayer fuimos de nuevo a otro eco-control y la cosa va muy bien, mis folis están creciendo bien (tengo alguno de 14 mm ya, ¡que campeones!) y según la doctora que me vió (otra diferente, como no) si todo va igual de bien, me realizarán la extracción el martes. Que nervios…

Nervios, ansiedad, esperanza y ahora también…aburrimiento. Llevo unos días con un aburrimiento encima que no veas. Y sé que es culpa mía pero al no poder beberme ni una caña no me apetece salir. Ayer por ejemplo, fuimos a recoger la cena al restaurante indio que tanto nos gusta y mientras esperábamos a que la cocina abriera decidimos ir a tomar algo. Me pedí una caña y me dejé la mitad. Tengo tal paranoia con eso que no soy capaz de beberme una caña y disfrutarla. Y no, no me gustan los refrescos ni los zumos así que no puedo pedir otra cosa.  La doctora fue muy clara, nada de alcohol, me lo dijo tan tajantemente que aunque yo sé en mi fuero interno que una caña no va a destruir mis folis, me los imagino desintegrándose con cada trago que doy.

Así ando, ni tengo ganas de meterme en un bar ni de estar con nadie. Pero no sólo por el tema del alcohol, no tengo ganas de que me pregunten, y cualquiera que me conozca un poquito sabe que si no me pido una caña cuando salgo es por algo. Eso la gente que no sabe que estamos en este proceso, pero es que tampoco me apetece quedar con alguien que sí sepa toda esta historia porque creo que yo misma acabaría hablando del tema sin parar, resultando ser un verdadero coñazo infumable para todo el mundo.

Así que sí, llevo encerrada en mi casa no se ya el tiempo. No puedo evitarlo, me apetece hablarlo a todas horas, aunque no tenga ya nada nuevo que decir. Y por lo que he leído en otros blogs, me queda la peor parte: la espera. Yo no sabía que después de la implantación tienes que esperar como 15 días para saber si estás embarazada o no. ¡¡15 días!! Madre mía que tortura.

He leído mucho sobre el tema, como le digo a mi gordi, si quiera ser ginecóloga deberían convalidarme unas cuantas asignaturas porque estoy hecha una experta. Sé que hay mucha gente que piensa que leer sobre algo que te preocupa en Internet es un error y que te vuelves loca y tal, pero joder, es que hay que saber qué leer. Yo sobretodo leo otros blogs donde chicas como yo cuentan su caso. Otras dejan comentarios, se responden unas a otras y se crea una comunidad online muy chula que a mí personalmente me hace más bien que mal. Ojalá este blog algún día ayude a alguien, desde luego yo estaré aquí para aportar mi granito de arena.

Muchas de estas mujeres lo han conseguido en la primera FIV, otras muchas no claro, pero me quedo con las que sí lo ha  logrado. Me quedo con las que siguen escribiendo a sus lectores contándoles semana tras semana su tan deseado embarazo, las que comparten la alegría de saber si es niño o niña, las que enseñan emocionadas las ecografías, las que relatan sus partos como la gran batalla final a esta dura guerra en la que ellas resultaron ganadoras y las que me emocionan y hacen que se me salten las lagrimas cuando relatan a corazón abierto a personas anónimas como yo lo que sintieron la primera vez que tuvieron a sus ansiados bebes entre sus brazos. Me encantan. Y no, eso no puede ser malo.

Mi pequeña golondrina, confío en que yo misma daré continuidad a este blog contando aquí todas las batallas ganadas a tu lado y ¿sabes qué? Que no puedo evitar que se me dibuje una sonrisa tonta en la cara al pensar en que cuando seas mayor podrás leer tu historia enterita, desde el principio, desde cuando sólo volabas en mis sueños. Te veo en un ratito mi pajarito.