Llevo varios meses dándole vueltas y hoy, por fin, me he decidido. Hoy empiezo a contar la tremenda aventura de ser madre. No, no soy madre. No, no estoy embarazada, y aún así creo que mi aventura de ser madre ha comenzado ya. Y también creo que merece ser contada. Pero la quiero contar a mi manera, irónica, divertida, tierna, furiosa, a veces cabreada y desilusionada, a veces feliz y esperanzada.
Hoy comienzo sentando las bases, estableciendo el escenario y presentando a los personajes principales: mi golondrina, los bichitos de mi gordi y mi aparato reproductor en general. Según vaya avanzando en la historia iré desgranando cada punto, pero para empezar me parece importante hacer un breve resumen de cómo están las cosas a día de hoy.
Podríamos decir que yo nunca lo he tenido fácil, tampoco creo haber sido una mártir de la vida pero digamos que para cumplir mis metas siempre he tenido que dar muchos rodeos, teniendo que llegar siempre con la lengua fuera y con un sobre esfuerzo que la gente de mi alrededor no tenía que hacer. El embarazo, por supuesto, no iba a ser una excepción. Sobretodo cuando el amor de tu vida, el futuro padre de tus hijos y actualmente mi marido vive a 400 kilómetros de mí. Pero es que yo soy así de estupenda!
La distancia fue la primera excusa, porque sí, cuando el tiempo pasa y nada en tu vida es tan regular como tus reglas…empiezas a buscar excusas. Cuando comienzas a cuadrar los encuentros con tu periodo fértil y aún así la señora de rojo conserva su puntualidad británica…te empiezas a poner nerviosa. Y cuando pasan dos años con la misma historia….entonces empiezas a abandonar tu zona de confort y empiezas a ver las cosas como son: Houston tenemos un problema.
La primera vez acudimos a la seguridad social. Llevábamos un año de búsqueda encontrando solo algún que otro arañazo de esos que la desilusión deja en el corazón. Mi doctora es un amor. Sensible, tranquila, profesional, muy profesional. Me escucha, me aconseja e incluso me agarra la mano mientras me remite a planificación familiar.
Cuando llega la cita, me miran, me hacen una citología y me dan un papel con todo lo que necesito presentar para continuar con el proceso. Para mi sorpresa veo que es INDISPENSABLE presentar el libro de familia que demuestre que mi pareja y yo estamos casados. Pero, ¿en qué siglo vivimos señores?
Ya teníamos fecha para la boda, nos casábamos en seis meses, así que decidimos esperar un poquito más, casarnos y quién sabe, en el viaje de novios… «seguro que vuelves embarazada» «a mí me pasó» «es que estas muy estresada» «en cuanto te relajes te quedas» o mi favorita…la lista calista que te dice «lo que tienes que hacer es saber cuándo ovulas». Me parto de risa. Me dan ganas de abofetearla, ¿que si sé cuando ovulo? En fin…de esto hablaré otro día porque creo que merece un capítulo entero.
Volvimos del viaje de novios y la señora de rojo no pudo esperar ni a que me bajase del avión. Allí mismo, a miles de kilómetros del suelo (y a muchos metros sobre el cielo sin Mario Casas rondando por ahí jaja) la maldita señora volvió a arañarme con sus uñas afiladas, sin piedad.
Volvemos a la realidad ya en una clínica de reproducción asistida. Los bichitos de mi gordi son un poco lentos, a él le mandan Prenavant y una fragmentación de ADN y a mí el Seidivid y una histerosalpingografía, que así ya solo con el nombre acojona un montón. Ambas pruebas son una pérdida de la dignidad importante, una pajilla en una sala y un espatarramiento máximo delante de un abuelo prehistórico en un centro médico sacado del Cuéntame. Hablaré de esto con más detalle en otro post.
El día 31 de diciembre, para acabar bien el 2015, me dan los resultados impresos, muy bonitos, muy bien presentados, pero eso sí, nadie te los explica. Dr Google me informa que puedo tener un mioma submucoso en el útero (hay tres tipos y por supuesto parece ser que yo tengo el peor, no podía ser de otra manera) y que eso es lo que puede estar causando mi infertilidad. Si es así, ¿cómo es que mi ginecóloga no lo ha visto antes? Todas mis dudas serán resultas el miércoles que viene (por fin!!!) que es cuando tenemos de nuevo la cita en la clínica de reproducción. Hasta entonces, solo nos queda esperar y seguir soñando contigo, mi golondrina.
Como me alegra que te hayas decidido a ser una compi más de aventuras.
Ya sabes que me tienes para lo que quieras.
Luna.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias Luna!! Qué ilusión verte por aquí! Ojalá mi historia sirva para ayudar, inspirar o aliviar a alguien como tú has hecho tantas veces conmigo. Un beso enorme!!
Me gustaMe gusta